"En este centro las mujeres maltratadas tienen un equipo detrás, pero el trabajo de recuperación es de ellas"

El Centro de Atención, Recuperación y Reinserción de Mujeres Maltratadas, fundado por Ana María Pérez del Campo.
El Centro de Atención, Recuperación y Reinserción de Mujeres Maltratadas, fundado por Ana María Pérez del Campo.
Elena Buenavista
El Centro de Atención, Recuperación y Reinserción de Mujeres Maltratadas, fundado por Ana María Pérez del Campo.
El Centro de Atención, Recuperación y Reinserción de Mujeres Maltratadas, fundado por Ana María Pérez del Campo.
ELENA BUENAVISTA / BIEITO ÁLVAREZ

El centro para víctimas de violencia de género que fundó Ana María Pérez del Campo ha sido remodelado coincidiendo con su trigésimo aniversario. El salón principal es una de las zonas comunes que ahora luce un aspecto más acogedor gracias al nuevo mobiliario. Pero hay algo que no ha cambiado: el cuadro que preside esta estancia desde hace veinte años. Colgada de la pared continúa la imagen de una figura femenina que se abre el vientre con ambas manos y que lleva por título Nacer desde dentro. Porque eso es lo que consiguen las atendidas aquí: resurgir, con ayuda, pero desde un trabajo propio.

"Yo hice el programa de intervención, pero sobre todo me quedé de directora durante diez años porque lo que estaba poniendo encima de la mesa era desconocido. Y sigue siendo desconocido. Se oye que ya se sabe cómo son los hombres. No. Lo que se sabe es cómo se ha hecho a los hombres y se sabe cómo se hace a las mujeres. Este era el problema que queríamos corregir desde aquí”, relata la histórica feminista, que remarca que "los hombres no nacen violentos, aprenden a serlo". Este Centro de Atención, Recuperación y Reinserción de Mujeres Maltratadas (Carrmm) está gestionado por la Federación Nacional de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas que ella misma preside y que creó en 1974 para reclamar los derechos de la mitad de la población: "Sabíamos que, o hacíamos algo nosotras mismas, o seguiríamos siendo un cero a la izquierda".

El Carrmm surgió diecisiete años después, "no como una casa de acogida, sino como un servicio de recuperación integral". Ana María recuerda que mientras lo dirigió tuvo que enfrentarse a varios agresores. Agresores que llegaban a las puertas de este lugar dispuestos a llevarse a sus exparejas. Agresores que se negaban a entender que ya no iban a seguir teniendo a una esclava en casa: "Siempre hemos sido muy enérgicas y si venían llamábamos a la Policía. Pero habían descubierto dónde estaba la mujer y al principio sobre todo tuvimos que desviar a algunas fuera durante un tiempo para luego volverlas a traer".

Una veintena de trabajadores se turnan para ocuparse de las residentes del centro las 24 horas del día.
Una veintena de trabajadores, que forman un equipo multidisciplinar, se turnan para ocuparse de las residentes del centro las 24 horas del día.
Elena Buenavista

Por eso, para garantizar la seguridad de las residentes, la ubicación de esta instalación es confidencial. Y por eso también no atienden a vecinas de la localidad en la que se sitúa. "Estarían en situación de riesgo permanente y no podrían hacer su vida normal", explica Juani Aguilar, trabajadora social del centro desde hace 28 años. Su departamento es el encargado de los procesos de selección e ingreso y una vez que las víctimas llegan se ocupa de conocer sus necesidades y de cubrirlas. "La primera y más urgente siempre es la escolarización de los niños, si vienen con ellos. Y después coordinamos con el centro de salud la tramitación de documentación sanitaria, el acceso al médico de familia, al pediatra…", relata.

Además de la ayuda del área de Trabajo Social, su nuevo hogar les ofrece apoyo del departamento Jurídico, del de Formación e Inserción Laboral, y del de Convivencia. Estas paredes acogen a medio centenar de personas, entre mujeres y menores, y la permanencia suele variar de los 12 a los 18 meses, por lo que el área de convivencia es un área terapéutica más. "Tanto con nuestra estructura como con nuestro programa de intervención buscamos que formen red. Es muy importante porque la mayoría van a iniciar una vida en libertad solas, como familias monoparentales, y este es un buen momento para comenzar a hacerlo", afirma Teresa Simón, directora técnica.

La vida aquí es como "la de cualquier casa", con despertadores, colegios, comidas, salidas, tareas de limpieza, juegos... pero también con terapias, escuelas de madres y seminarios.
La vida aquí es como "la de cualquier casa", con despertadores, colegios, comidas, salidas, tareas de limpieza, juegos... pero también con terapias, escuelas de madres y seminarios.
Elena Buenavista

Junto a esos cuatro campos, un quinto, el psicológico, se hace igualmente imprescindible. "Nuestro objetivo es que tengan autonomía para que a lo largo de estos meses descubran que pueden hacer frente a su vida sin necesidad de depender de nadie, ni de un señor ni de los Servicios Sociales. El área donde más trabajan ese tipo de empoderamiento es la de Psicología. Es fundamental para que los demás podamos ir facilitándoles herramientas y ellas mismas puedan avanzar en cuestiones como una formación que las capacite para un mejor empleo", apunta Juani. La trabajadora social apostilla que con los pequeños no pueden intervenir psicológicamente pero en el caso de que también necesiten esa atención especializada recurren a los puntos de violencia de género municipales.

"Es difícil pero con un proceso como el que podemos ofrecer aquí se puede salir de la violencia. En este centro las mujeres maltratadas tienen un equipo detrás pero el trabajo de recuperación es de ellas", concluye Teresa, quien comprueba cada día que efectivamente es posible huir de ese infierno. La autora de Nacer desde dentro es un ejemplo de ello. Porque la obra fue hecha por una mujer que pasó por este servicio. Una mujer a la que su marido le reprochaba que emborronase "hojas y hojas" cada vez que la pillaba pintando. La primera vez que Ana María la vio dibujar y le preguntó qué hacía, ella respondió: "Emborronando un papel". A partir de ahí la animó a recibir clases y hoy vive de vender sus creaciones.

Cuando Ana María creó el centro sabia que "trabajaba para que en el futuro otras siguieran trabajando": "Porque no es fácil erradicar algo que está en las raíces de la sociedad". No obstante, el equipo espera llegar a "reconvertirlo en otra cosa".
Cuando Ana María creó el centro sabia que "trabajaba para que en el futuro otras siguieran trabajando": "Porque no es fácil erradicar algo que está en las raíces de la sociedad". No obstante, el equipo espera llegar a "reconvertirlo en otra cosa".
Elena Buenavista

REPORTAJES QUE TE PUEDEN INTERESAR:

Si quieres contactar con 20minutos o realizar alguna denuncia o alguna corrección sobre algún tema, puedes enviarnos un mail a zona20@20minutos.es. También puedes suscribirte a las newsletters de 20minutos para recibir cada día las noticias más destacadas o la edición impresa.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento